Hoy os presento la obra A cinco lunas de la Tierra, una novela de ciencia-ficción escrita por Raúl de la Flor. 

El autor de este libro nos prepara un viaje. Un viaje lleno de revelaciones que nos darán mucho que pensar. Tenemos nuestra historia contada a dos tiempos. Primero conocemos a nuestro protagonista, Sendero. Sendero es un joven curioso que vive en el Valle. El Valle, a su vez, es un lugar idílico en un mundo devastado, enfermo e inhabitable. Alrededor del valle solo hay desierto, muerte. La Costumbre es la que hace posible que el Valle sea habitable; es lo que les da a sus habitantes las reglas a seguir para que la vida sea posible. Entre muchas otras, la Costumbre manda no mentir ni contar hechos que no se hayan vivido en tus propias carnes. Esto ayuda a que la realidad no se deforme y confunda a sus gentes y hace que cada uno sea responsable de lo que cuenta a los demás. Pero al mismo tiempo, conlleva que la memoria se pierda con la persona, y que el pasado se olvide con el tiempo. Así, el valle no conoce nada de sus antepasados ni del lugar de donde vienen. 

Sendero se despierta como prisionero de un grupo de nómadas. Éstos lo encontraron junto al cuerpo sin vida de uno de sus compañeros. Antes de llegar a ninguna conclusión los nómadas deciden darle la oportunidad de explicarles lo que llevó a la muerte de su compañero. Así, Sendero se une a su grupo y les cuenta su historia mientras caminan por el desolado desierto. Los nómadas se enamoran de ese sueño que parece el Valle y Sendero se enamora de ellos (de alguna en especial). Mediante las historias al lado del fuego y la ayuda del extracto de cactus conocemos la historia de Sendero, y durante el camino por el desierto conocemos la de los nómadas. La historia de Sendero crea nuevas incógnitas en los nómadas: ¿Qué pasó en la tierra para que esté desierta? ¿Quién y cómo vivían los humanos antes que ellos? ¿Cuántos humanos hay en la tierra fuera del valle? ¿Cómo viven? Poco a poco Sendero y los nómadas van respondiendo a sus preguntas. Por desgracia, no todo es lo que parece. Los nómadas encuentran piezas que no encajan, cabos sueltos y misterios sin resolver. 

Me adentré en la obra de Raúl de la Flor sin tener demasiado claro lo que esperarme y lo que me he encontrado supera cualquier expectativa. A cinco lunas de la tierra nos envuelven en un mundo que no es otro que el nuestro. Es una historia “postapocalíptica” muy diferente a lo que yo me he encontrado.

El estilo de Raúl es claro y sencillo de seguir, sin demasiadas florituras, pero con los suficientes detalles como para poder imaginarnos los escenarios sin problemas. Los personajes los he encontrado muy trabajados. Los nómadas me han encantado, su pequeño grupo, las relaciones y las dinámicas que tienen. Me han resultado entrañables. El Ciego y El Viejo son figuras más estables, estereotipadas que cumplen su función a la perfección en la parte de narración que les toca. Es quizá nuestro protagonista el personaje que más me cuesta entender e imaginar, y no es hasta el final de la historia que entiendo la razón por que eso ocurre. Esta neblina sobre nuestro protagonista es un gran chapó para el autor. 

En cuanto a la historia en concreto no tengo demasiados comentarios. La base de la historia es algo de que ha utilizado en muchas obras: 

El autor sabe utilizar un tema tan narrado como este y darle una vuelta para sorprendernos y mantener nuestra atención en cada capítulo. He de admitir que no me esperaba en absoluto el final de esta historia y que he estado enganchada al libro desde el primer momento. 

Además de una buena narración, originalidad y buenos personajes, Raúl nos regala más de una cosa en la que pensar. Me ha pasado toda la lectura subrayando pasajes de la obran que me han llamado la atención, tantos que se me hace imposible citarlos aquí. Raúl nos da deberes y nos obliga a pensar en las consecuencias de nuestras acciones en la tierra. Por supuesto, esto no es ninguna sorpresa siendo una novela postapocalíptica, pero el autor no se queda ahí. A cinco lunas de la Tierra nos habla de los sueños, los recuerdos, los dioses y los padres, del amor y de las normas no escritas de una sociedad. 

Yo me he quedado encantada con esta lectura, que todos los amantes de la ciencia-ficción y fantasía seguro disfrutaréis. Espero poder leer alguna otra obra de Raúl pronto y ojalá que le vaya tan bien con su obra como se merece. Lo que me deja con una sola pega a todo el libro, y es que opino que tanto la portada como la sinopsis podrían darnos mucho más atrayendo así a un público mayor que seguro amaría la obra. 

Y a vosotros, ¿os ha llamado la atención? ¿Os gustan las novelas que os sorprenden y os hacen reflexionar? ¿Os animáis a darle una oportunidad?