Algunos de vosotros ya sabéis que colaboro con el blog de noticias VeruMMortem desde hace un tiempo. El artículo que os traigo hoy lo escribí para ellos hace unas semanas y me gustaría compartirlo con vosotros hoy aquí. ¡Espero que os guste!
¿Qué
pensáis sobre los sonidos de la gente respirando o masticando? ¿Alguna
vez habéis sentido que no podéis soportar escuchar a la gente comer?
¿Sois de los que os da igual? Para ciertas personas estos sonidos no es
que solo sean desagradables, sino que son absolutamente inaguantables.
La misofonía
es la sensibilidad selectiva hacia ciertos sonidos, que produce odio y
ganas de violentar a la persona creadora del sonido. Hace apenas dos años, se demostró por primera vez, en la Universidad de Newcastle,
que las personas que tienen sensibilidad hacia sonidos como el click de
un bolígrafo o de la gente masticando y respirando, tiene diferencias
en la estructura del cerebro.
El
estudio demuestra que este tipo de personas tienen condiciones
anormales en el mecanismo de control emocional que les causa trabajar de
sobremanera cuando escucha sonido concretos. Esta es la primera vez que
se demuestra que este tipo de síndrome tiene causas física, y ayuda a
convencer a todos los escépticos de la comunidad científica. Esta
evidencia ayudará a que se puedan crear tratamientos para los casos más
extremos.
La investigación estudio este tipo de sonidos (tenéis los sonidos en el siguiente vídeo):
- Lluvia, café ocupado, un hervidor hirviendo - sonidos neutros
- Bebé llorando, una persona gritando - sonidos desagradables
- Los sonidos de respirar, comer - sonidos desencadenantes
Por
mucho que este tipo de estudios puedan carecer de importancia para el
público general, hay personas a las que les supone un cambio radical en
la vida. Olana Tansley-Hancock tenía solo 8 años cuando dejó de comer
con su familia en el comedor, porque no podía soportar el sonido de sus
familiares masticando. Aunque su familia fue comprensiva todo empeoró en
la Universidad, con sus compañeros de pisos, los viajes en tren y las
clases repletas de gente. Olana cuenta cómo la primera vez que se lo
contó a su médico, se rió de ella. Este tipo de estudios ayudan a que se
acepten estos desordenes y que la gente pueda recibir la ayuda que
necesita.
3 comentarios
Uuuuh, yo creo que lo padezco...con el reguetón 😅 Chuflas a parte, me parece muy interesante.
ResponderEliminarBesitos cielo 💋💋💋
Me parece que eso no es ningún trastorno, sino algo bastante natural jajaja
EliminarGracias por pasarte como siempre :)
Sí soy. No muy fuerte, pero por ejemplo, con video, aunque me lo esperaba, la repiración no me causado respuesta, y el masticar me ha erizado el pelo y he sentido el impulso de quitarme los cascos. No me pasa siempre, pero normalmente una vez lo he oido no puedo dejar de escucharlo. Y no me pasa tanto si yo tambien estoy comiendo. Pero aún así he notado que tiendo a hacer poco ruido al comer o respirar yo mismo tambien, precisamente porque es un sonido que no me resulta agradable en absoluto.
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